Todo empezó con una simple llamada de teléfono. Ese día, a mi padre, le llamaron por teléfono, yo no sabía nada de lo que estaban hablando, cuando de repente le escuche decir:
-¿Cuándo la vais a traer?, a vale, entonces os espero allí a las 4:00.
Yo le pregunté:
-Papá, ¿adonde vamos a ir?
Él me respondió:
-Ya lo verás, es una sorpresa.
Yo, muy emocionada, espere a las 4:00, y cuando se llegó la hora, me subí corriendo al coche.
Fuimos a una fabrica, no muy lejos de mi casa. Allí, vi al animal más bello que pude ver nunca...Una yegua, en este caso PRE (Pura Raza Española), y a su hermana, otra yegua.
Yo grité emocionada. Pensaba que me la iban a regalar.
Le dije a mi padre:
-Papá, ¿hemos venido para tráela a casa?
-Claro, pero tienes que elegir entre la más pequeña o la más grande.
Yo, sin dudar le dije:
-Está decidido, quero a la más grande.
-Pues a mi me parece mejor la otra.
-Papá, esa yegua tiene algo especial, desde que la he visto me ha encantado.
Mi padre convencido al fin dijo:
-Vale, nos llevaremos a la más grande.
Al día siguiente, fui al corral de mis abuelos, y allí estaba, tan bella como siempre.Yo en mi cabeza pensaba: ¡Quiero montara! Se lo comenté a mi padre y el me dijo que no estaba domada. Así que un día vino el vecino de mi abuelo a decirme:
-¡Nayra! He oído que tienes una yegua, sin domar, si de verdad te gustan los caballos, llévala a domar a este picadero.
Me dio la dirección de aquel sitio, y mi padre se informó mejor de aquel picadero, al fin y al cabo, la llevamos.
Allí la vi evolucionar cada vez más, con un solo problema, se pegaba mucho en los cascos al andar. Probamos varios tipos de protectores, varios tipos de herraduras, pero ella, seguía tropezando igual.
Un día, quise ir a ver como la domaban, pero ese día, me llevé una gran decepción. Vimos que ella no veía bien de ninguno de sus dos ojos, y siempre la lloraban, al día siguiente, volvimos a ir, pero esta vez, vino el veterinario, nos anunció que se había quedado ciega, que cada vez iba viendo menos de los dos ojos. Yo lloraba, ese día creí que mi vida había dejado de tener sentido.
Yo me acerque a su cuadra y la dije:
-Luna, nunca había amado a alguien tanto como a ti. Quiero que sepas que tú ya no estarás aquí conmigo. Encontraremos a alguien que te acoja y te pueda criar y puedas ser una yegua de cría, eres preciosa, por eso vas a ser una buena madre.
Ella movía las orejas, porque no me veis bien, yo llorando me fui a casa. En ese momento nos llamó un señor, no dijo que quería una yegua domada para criar potrillos, yo alegre mi cara con una sonrisa y por fin podía dormir a gusto.
Desde entonces me obsesioné con el tema de los caballos. Aún con la pena de que Luna se había ido a otro pueblo. Le dije a mi madre:
-Mamá, ¿Me puedes llevar a alguna hípica a montar?
La convencí después de 5 meses. Fuimos a aquella hípica, y cuando empecé a saber montar mejor, me di cuenta de que lo mío era la doma vaquera, aunque amaba a el salto.
Me fui de aquella hípica, porque ya aprendí.
Después de 7 meses sin montar, lo echaba de menos, entonces estuve cada día del año diciéndoles que me compraran a un caballo, día tras día durante los 7 meses. Al fin, conseguí que fuéramos a ver a un caballo para comprarle. nos encantó ese caballo, nos lo queríamos llevar a casa cuanto antes, pero... estaba cojo, esperamos todo el verano a que se recuperar, y se recuperó.
El era Duke, mi fiel compañero de batallas, le juré que siempre iba a estar a su lado.
Días después, le trajimos a casa. Y decidimos que quería ir con él a el picadero donde estaba domando Luna. Se la echaba muchísimo de menos. Y entonces estuve en ese picadero durante unos 3 meses, aquello me sirvió para aprender que Duke y yo podíamos llegar muy alto juntos. AHORA a Duke le tengo a mis cuadras, cada día intento ir a cepillarle y a montarle.
Luna y Duke, serán por siempre, MIS MEJORES AMIGOS.
FIN
PD: Esto esta vasado en hechos reales, es mi historia real.
BY: Nayra Lozano Gonzalez
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